La calle es un fiel escenario de esta sociedad neoliberal, patriarcal y heteronormativa, que solo demuestra las colonialidades que aún operan en la región. Desde la práctica teatral y performativa nos hemos preguntado ¿cómo interferir, interrumpir, señalar o visibilizar estos comportamientos? Para respondernos a esta pregunta hemos intervenido dos espacios públicos de Bogotá a través de acciones performativas que expanden los límites del teatro y la danza, con el fin de transformar las atmosferas urbanas cargadas de violencias e indiferencias. Esta práctica artística se convierte en la clave maestra que accede, conecta y/o confronta otros contenidos, aportando una contribución única al contexto académico. Accionando de esta forma, hemos profundizado en la investigación/creación, en tanto que es la misma práctica y ejercicio creativo, lo que lleva a reflexionar y proponer corazonamientos (Arias, 2010) sobre los temas cuestionados. El cuerpo y sus performatividades son los que registra la ciudad y las interacciones entre una y otros, presentando un amplio y expresivo abanico de posibilidades para la interacción callejera que se nutre de estéticas y poéticas que influyen en el espacio urbano. Las relaciones establecidas van desde la interacción con la arquitectura y mobiliario urbano, hasta el juego teatral con quienes transitan y habitan la calle. El proyecto pretende terminar de configurar una serie de acciones que presenten una partitura que se haya entre los límites del teatro y la performance, para después circularla por varias zonas de la capital. Llevar esta “puesta escénica” a diferentes zonas de la ciudad nos otorgará nuevas reflexiones sobre el teatro, la performancia, la urbe y las violencias coloniales que sobre ella recaen. Como otro producto de este proceso se obtendrán dos materiales audiovisuales: Un documental y un video-arte.